Después de un tiempo sin publicar. Por fin una salida. Hoy ha sido posible. Después de largos meses de pandemia. Como imagináis, a todos no ha afectado. A mí, en particular después de ver tantas muertes, en el día a día de las noticias. En verdad que me quito las ganas de todo. Paralizando hasta mis publicaciones. Hoy en día y ya más superado. Hemos salido a visitar los fortines de defensa de la segunda línea republicana, del Valle de la Serena. ¿Motivo? Pues ajustar las coordenadas de varios vestigios, ya localizado y publicado. Pero como estas posiciones se hacen en lo primero de la investigación, en fechas del 2007. Y no disponía los aparatos de hoy en día. A ver GPS, por ejemplo, en móvil. Coña gozada. Llegas picas y coordenadas, situación del entorno, etc. Que contaros que no sepáis sobre las nuevas tecnologías. Además, hoy es un importante día, nos acompaña Jose, chaval joven, he interesado en todo lo que sea arqueología. El texto expuesto a continuación es de él. Un cuaderno de campo, el cual espero siga ampliando en las muchas salidas que hay pendiente. Y espero nos acompañe.

Gracias por el texto y por acompañarnos. 

Texto de José Calderón. — Fotos de Pepe Pecero.

Es abril, el sol acaba de salir y la mochila ya está al hombro. Voy acompañando a dos maestros en este tema; Pepe y Miguel. La experiencia y el entusiasmo, por lo que hacen, son su carta de presentación. Quieren dar a conocer lugares, personas y recuerdos que, el paso del tiempo, parece haber ocultado a los ojos de las personas de mi generación. La ilusión, por volver a coger el bastón y las botas después de un año y medio de parón, se ve en sus caras y ellos agradecen que alguien, joven como yo, se interese por sus explicaciones. Creo que es lo mínimo que hay que hacer con alguien que ha dedicado media vida a rescatar, del pasado, la memoria de un pueblo e, incluso, de buena parte de la región y, como tal, merece reconocimiento.

                   José y Miguel en la defensa de Huerta Marina. Frente Republicano, segunda línea de defensa.

Entre lomas, fuimos descubriendo los secretos que esconden las tierras que están bañadas por las aguas del río Guadámez. Tierras que fueron posiciones republicanas hasta julio del 38. Pequeños tesoros que escapan al ojo inexperto. En mi caso, he de decir, que no me di cuenta de la presencia del primer nido de ametralladora, hasta que, prácticamente, no estuve encima de él. El paisaje desde aquel punto era sobrecogedor. Delante de nosotros se extendía una gran llanura, hasta llegar a las ondulaciones de la primera línea del frente, cerca de las minas de San Nicolás. En ese lugar, uno podía hacerse una idea de lo que tuvieron que vivir aquellas personas; qué pensaban, cuáles eran sus miedos y, sobre todo, la incertidumbre de no saber cuál sería su último día de vida.

                   José en un nido casi destruido y perdido entre la vegetación. Posición Republicana de Los Palancares.

Redescubrir la posición de Los Palancares fue aún más complejo. El lugar estaba casi irreconocible por la espesa de vegetación y, los tres, tuvimos que hacer una gran labor para encontrar las trincheras y los nidos, pero, una vez apareció el primero, el ojo se acostumbró, a lo que hay que sumar el fervor de los tres por querer encontrar el resto y, finalmente, dimos con todos. El último de ellos, ofrecía unas vistas increíbles. Parecía que el paso del tiempo, violento y sin contemplaciones, no había hecho mella en esas construcciones de cemento que, en otra época, habían dado protección a personas que se habían visto implicadas en un conflicto que dividió a España en dos y, cuyas consecuencias, llegan hasta nuestros días. Finalmente, visitamos el cementerio de los italianos de Campillo de Llerena. Un lugar en el que reposaban los restos de personas que participaron en la contienda y que encontraron allí su lugar de descanso.

               Otras defensas de la posición de Los Palancares. Se aprecia, en una de ellas, la comunicación con la trinchera.

Para finalizar este pequeño comentario, destacar que, este texto no tiene ningún interés político ni partidista. Simplemente, me remito a plasmar lo que visité, aquella mañana de abril, junto a dos grandes personas. Dar las gracias a Pepe y a Miguel. Lo que más me impresionó de ellos fue su vitalidad e ilusión. Están hechos dos chavales y se nota que ponen pasión y esfuerzo en todo lo que hacen. Para mí fue una experiencia nueva. Nunca había hecho algo así y, teniendo en cuenta que soy un apasionado de la historia, fue algo muy enriquecedor a nivel personal. Sé que no será la única y que ha sido la primera de muchas escapadas. Muchas gracias a los dos, de corazón. La mochila y el bastón ya están preparados para la siguiente salida que, espero, no se haga de rogar.

                                             Final de la expedición. Cementerio de los Italianos de Campillo de Llerena.

Este texto escrito por José, en su cuaderno de campo, es lo que da motivo para seguir investigando, documentando y gastando botas por estos senderos de mi tierra. Entre esas jaras, que pueblan las sierras, esos adelfales, que están al lado de los cauces de arroyos, que en su mayoría están secos, "Y como no". Saltando esas vallas, que hoy en día ponen en las fincas, para poder llegar a los objetivos de la expedición.

Todo tiene su encanto, lo cual hace que todo lo mencionado, más una grata y buena compañía, como es el caso. Se pasa un maravilloso día u horas.

Gracias, José por tu compañía en esos senderos. Gracias. Miguel por el esfuerzo que realizas, para estar presente, tu afán de ayudar y por seguir caminando a mi lado.

José Pecero Merchán.

Enlaces de Interés.

Valle de la Serena. Frene Republicano. 2.ª Línea. (B).

Cementerio de los Italianos. Campillo de Llerena.

"Vestigios de la Guerra Civil. Desde la provincia de Córdoba" Pepe Lozano.

Cementerio de los Italianos - Campillo de Llerena